Has posado en mi cuello
tus ojitos cerrados
y acomodas la cabeza bien
a la derecha o a la izquierda
como manda el azar.
Yo protejo tus piernas o tus brazos
porque acecha el frescor.
Si te remueves
voy a buscar enseguida
a tu mamut chiquitito
el que aprendió a volar.
¿Y si tú vas hasta la mar
y no sabes volver?
¿Y si yo ya no estoy?
Tras tras
entre las hojas
de la trepadora
quiero subir
hasta la Luna.
Tras tras
que yo vuelvo ya.